
El viceministro de Defensa del Usuario y del Consumidor, Jorge Silva, calificó como un paro «estrictamente político» el que se llevó a cabo en la ciudad de El Alto, convocado por dirigentes del transporte público. Según Silva, estos líderes tienen una afinidad con el ala radical del Movimiento Al Socialismo (MAS) y su objetivo sería desestabilizar al Gobierno en lugar de resolver los problemas relacionados con el abastecimiento de combustibles y los precios de la canasta familiar.
El dirigente de la Federación Andina de Chóferes, que inició el paro indefinido, reclama la normalización de la comercialización de combustible y rechaza el aumento en los precios de los productos de consumo básico. Sin embargo, Silva destacó que las cisternas de combustible ya habían comenzado a llegar a las estaciones de servicio, reduciendo las largas filas de vehículos, lo que hace que las medidas de presión sean innecesarias y contraproducentes.
El viceministro insistió en que el Gobierno está trabajando para restablecer la normalidad en la distribución de combustibles y aseguró que el paro solo perjudica ese proceso. Según Silva, aunque el derecho a la protesta es legítimo, este paro parece estar impulsado más por intereses políticos que por una preocupación real por los problemas del sector del transporte.