
El papa Francisco hizo su primera aparición pública este domingo tras pasar cinco semanas internado por una neumonía bilateral. Desde un balcón del hospital Gemelli en Roma, el pontífice de 88 años, visiblemente cansado y usando una silla de ruedas, expresó su gratitud a los miles de fieles reunidos, diciendo con voz débil: “¡Gracias a todos!” El Papa fue dado de alta tras una mejora en su estado de salud, aunque deberá continuar con una convalecencia que podría durar al menos dos meses.
Francisco, quien fue hospitalizado el 18 de febrero debido a una grave infección pulmonar, apareció frente a la multitud durante un breve momento antes de dejar el hospital. Acompañado de su equipo médico, el Papa se mostró visiblemente agotado y con una cánula nasal que le suministraba oxígeno. Los médicos informaron que su salud había mejorado lo suficiente como para que regresara a su residencia, aunque deberán seguir supervisando su recuperación a largo plazo.
Durante su internamiento, el Papa pasó por momentos críticos, incluyendo ataques respiratorios agudos, que pusieron su vida en peligro. Sin embargo, sus médicos aseguraron que el Papa nunca perdió el conocimiento y se mantuvo alerta durante todo el proceso. A pesar de las complicaciones, el pontífice evitó la intubación y no fue necesario realizar más procedimientos invasivos, lo que permitió su gradual recuperación.
A pesar de su mejora, el Papa deberá ajustar su ritmo de trabajo, y su equipo médico aclaró que no podrá retomar sus actividades cotidianas de inmediato. Su regreso a las celebraciones religiosas y sus compromisos oficiales se dará de forma gradual. Además, el Vaticano aún no ha tomado decisiones sobre su participación en los eventos previos a la Semana Santa, uno de los momentos más importantes del calendario litúrgico.