
Oruro se viste de historia y tradición este 10 de febrero para celebrar el 244 aniversario de su grito libertario, una gesta que marcó el camino hacia la independencia de Bolivia. En 1781, bajo el liderazgo de Sebastián Pagador, los orureños se levantaron contra el dominio español en una revuelta que reflejaba el descontento ante los abusos coloniales y la explotación minera. Este levantamiento, considerado uno de los primeros en América Latina, sigue siendo un símbolo de lucha y determinación en la región.
El movimiento de Oruro desafió directamente el poder colonial y se convirtió en un antecedente crucial para las luchas independentistas en América Latina. Inspirados por rebeliones indígenas y criollas, los orureños proclamaron su derecho a la libertad y enfrentaron la represión española con valentía. Su legado no solo se mantiene vivo en la historia, sino también en la identidad de la ciudad, que ha evolucionado desde una próspera villa minera a un centro económico clave para Bolivia, destacándose en minería, agricultura y comercio.
Sin embargo, lo que realmente distingue a Oruro a nivel mundial es su Carnaval, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2001. Esta festividad se ha consolidado como la mayor expresión folclórica del país, generando un impacto cultural y económico significativo. En 2024, el Carnaval de Oruro atrajo a aproximadamente 150.000 visitantes y generó un movimiento económico de Bs 280 millones. Con la participación de miles de músicos, bailarines y conjuntos folclóricos, Oruro continúa manteniendo vivo su legado de lucha, cultura y fiesta, reafirmando su identidad con orgullo.