
Buenos Aires vivió una jornada de caos y tensión política cuando una protesta que unía a jubilados y barras bravas se desplazó desde el Congreso hasta la Casa Rosada. El Gobierno, que ya enfrentaba una jornada difícil con la votación de proyectos claves en el Congreso, fue sorprendido por la violencia de los manifestantes, quienes generaron disturbios y choques con la Policía en varios puntos de la ciudad. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, acusó a la oposición de orquestar un «intento de golpe de Estado» y señaló que los manifestantes incluían militantes de la izquierda y grupos como La Cámpora.
El día comenzó con el presidente Javier Milei en Bahía Blanca, supervisando los trabajos de emergencia por las devastadoras inundaciones que afectaron la ciudad, pero rápidamente la situación en la capital se complicó. La protesta, inicialmente concentrada en el Congreso, se intensificó y se trasladó hacia la Casa Rosada, donde los disturbios incluyeron quema de patrulleros, destrozos y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. La Policía, que no había anticipado la magnitud de los enfrentamientos, tuvo que reforzar el operativo con efectivos adicionales y desplegar un helicóptero para controlar la situación.
Las autoridades nacionales calificaron lo ocurrido como un intento orquestado de desestabilizar al Gobierno, y desde el oficialismo se denunció el uso de los jubilados como parte de una maniobra para generar caos político. La situación se agravó cuando los manifestantes, en su mayoría barrabravas, atacaron propiedades públicas y privadas, provocando destrozos que se estiman en más de 275 millones de pesos. La ciudad también sufrió bloqueos y ataques a comercios, generando un clima de inestabilidad.
Además de los enfrentamientos en las calles, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, advirtió sobre la imposición de sanciones a los barrabravas identificados en los disturbios, lo que podría incluir la restricción de acceso a los estadios de fútbol mediante la Resolución 321/2025. Mientras tanto, el Gobierno publicó un comunicado anunciando un fondo especial de 200 mil millones de pesos para asistir a los afectados por las inundaciones en Bahía Blanca, mientras se mantenían las tensiones en la capital.